martes, 8 de octubre de 2024

Defender lo nuestro


Hoy me permito una entrada de "opinión" que espero no acabar concluyendo con algún exabrupto... 

Recientemente leía en redes sociales las reflexiones de Borja Barba sobre el valor del producto local, de lo nuestro, de lo propio...muy acertado. Tras ver que algunos pensamos en la misma dirección... me han dado ganas de hablar del tema...


Para las personas que no son habitantes de la Unión Europea, los países que pertenecen a la U.E. tienen unos sellos de calidad para diversos productos alimentarios o algunas elaboraciones de los mismos que tienen un reconocido prestigio/calidad. Son los productos con denominación de origen protegida D.O.P  o indicación geográfica protegida I.G.P. Esa "fama" o calidad, en algunos casos les da cierta exclusividad que les hace tener precios levemente mejores. Dichos marchamos en teoría sirven para apoyar a los productores, artesanaos en muchos casos, mejorar su vida, fijar población en la zona, potenciar los productos que nos hacen poseedores de una rica y variada gastronomía famosa en todo el mundo (más allá de la sangría y la paella).  Todo lo anterior referido a dichos productos les hace susceptibles de la suplantación de identidad, de la copia, por otros que no cumplen con los requisitos, que se parecen pero no son... que no tienen la calidad o simplemente que no son producidos en las zonas delimitadas y controladas por sus consejos reguladores, con el consiguiente fraude al consumidor.. 

Cebolla Horcal de Palenzuela

Pimientos de Fresno de la Vega

Como digo este tipo de figuras legales van encaminadas a mantener esa calidad y características única en el universos, especiales de determinada región. Cosa que ya es mucho decir en un mundo globalizado donde puedes comprarte los mismos zapatos, pantalones de "Zarza" "Hache y EMe" "Brisca" "Armeni" "Dulce Galbana" o un café clónico del  "estarbars" en cualquier capital del mundo. Es relevante porque no solo se conserva el modus vivendi de un agricultor o ganadero o puede ayudar a la economía de la zona, si no que se conservan razas genéticamente diferenciadas, paisaje, cultura, gastronomía...


A todos nos parece lo normal o lo habitual oír noticias sobre la lucha contra las falsificaciones de bolsos, relojes, prendas de vestir y cualquier objeto de marca, pero hacemos poco o ningún caso a estas falsificaciones alimentarias, de productos de los que presumimos con orgullo y de los que, cada uno en su medida, deberíamos ser garantes (y por su puesto consumidores).

 Antes de nada, decir que hay gente muy profesional que quiere que las cosas se hagan bien, luchando  contra el fraude de este tipo de productos, que creen en su producto, en su tierra y aman lo que hacen pese a que a veces pueda ser un problema para ellos o sus familias...  Pero no obviemos a los "piratas" y lo difícil que resulta controlar las producciones agrarias (con variaciones anuales, o de una parcela a otra). Por desgracia, si te mueves en este sector de la agricultura y ganadería, más frecuentemente de lo que nos gustaría a los profesionales oímos cosas que no son de recibo. No podemos presumir de calidad de determinado fruto seco  o una legumbre, una carne de determinada raza  de cierta región "X" con su sello que avala que es de determinada variedad, cultivada según determinados estándares, en una región perfectamente delimitada, pero en realidad no tener ese control y ser producido a 200km en una zona "Y" ... o si se me apura adquirido en otros países y etiquetado como de aquí. 

Ya lo dice el refrán... hecha la ley, hecha la trampa. 

La misma trampa y daño al sector que hacen ya no solo los productores (espero un grupo minoritario), si no las tiendas que ofertan productos (que les sale más rentables o más fáciles de obtener) haciéndolos pasar por los del sello de calidad (precio incluido por supuesto), que en el subconsciente colectivo conocemos por su calidad, estafando al consumidor. Son los mismos que se dan palmadas en el pecho con que hay que consumir en comercio local y lo de aquí, pero meten "gato por libere" Consejos vendo... 

 

De la misma manera que los restaurantes donde pides un plato de ...  "de la tierra", "típico de aquí"," me lo traen directamente el productor" y otras frases similares que por desgracia se oyen a menudo y no son siempre ciertas. Si no eres oriundo de la zona o no estas familiarizado el engaño es inmediato, pero si el producto no llega a las expectativas puestas por el consumidor que ha leído en redes o recomendado por la guía de viaje... la decepción será mayúscula y el boca a boca nefasto... Un verdadero tiro en el pie para el que vende,el que produce y toda la comunidad que podría de manera directa o indirecta sacar múltiples beneficios de sus singularidades gastronómicas en este caso.

Vacas de raza Tudanca en extensivo

Valga lo dicho para los alimentos, para el patrimonio, la cultura popular (el manoseo torticero/ prostitución del folkclore daría para un blog o dos)... lo que interesa de nosotros, lo que nos da valor, lo que nos hace no irnos al garete, en conjunto lo que nos hace atractivos a los demás es lo que tenemos  de peculiar, lo distinto.

 Hay que añadir a la ecuación un aire conformista o mejor dicho fatalista, en quejarse:  tendría que ser lo de aquí pero me sale más caro y  la gente no lo valora, no lo paga, no merece la pena, no hay interés, si total si pones de inferior calidad y no lo notan... esos mismos que cuando las administraciones les proponen algún tipo de mejora ponen trabas. Los mismos que queriendo engañar a los consejos reguladores, metiendo kg venidos de otros lugares como de la zona, echan la culpa de querer jugar con el pan de sus hijos a los inspectores que no les certifican al descubrir el engaño (amenazas incluidas en algunos casos). Esos mismos que se quejan de no tener más ayudas de administraciones pero ni colaboran con las entidades ni para obtener más rendimiento, beneficios y/o asegurar una marca de calidad, fuerte y diferenciada.

 Los mismos que entre un kilo de melocotones, o jamón con sello de calidad meten unas lonchas o todo el kilo de algo que de lejos no es lo que el consumidor final quería adquirir. Mismos seres agraviados que se quejan de que no se promocionen sus productos pero no responden a la demanda de una nota de prensa para hacerles publicidad gratuita...(mismamente en este blog ha pasado, me alegro que vendan tanto que no necesiten promocionarse)

A veces me planteo, ampliando el concepto, si se debería hacer algo a nivel institucional con estos tejemanejes, incluso con productos que se comercializan como "tipical spanish" en restaurantes, tiendas de aeropuerto o en el extranjero, al punto que una vez llegados a España esos turistas les cuesta reconocer como "lo bueno" al real  y su idea es el sucedáneo esperpéntico que comieron como autentico a miles de km de aquí. Hecho alimentado en algunos casos en nuestro propio país por hosteleros y comerciantes sin escrúpulos, discípulos de la doctrina del todo vale," si solo van a pasar por aquí una vez".

También en algunos casos los políticos que se hacen la foto en la feria del tomate de ..., jornada de exaltación de la manzana de ... el filete de... o la feria de la trufa  de... son los que menos interés ponen (llegados al poder) en implementar las medidas necesarias para la conservación y fomento de este patrimonio material e inmaterial. De que en buena medida se vele por mantener y proteger el origen y calidad que aportan estos sellos. Bueno rectifico (salvo promesas electorales en vísperas de elecciones...) Es como besar a niños o ancianos a los que si no hay un fotógrafo cerca, no interesan... Eso si, a la hora de las reuniones, comidas de trabajo, recepciones, actos de partido...que no falte el producto local exclusivo "premium black label" si es en otro idioma mejor, que suena más exclusivo...

 

Ganado de raza Asturiana de la montaña

No es un problema único de mi país, hay varios vecinos de la U.E. que hacen lo mismo, tal vez la diferencia es que en otros lugares el cuidado a los productores, el orgullo de lo suyo hace vigilar esa calidad y  que pese al posible fraude, la buena prensa y el fomento de esa publicidad positiva les haga sacarnos la delantera.

Ristras de ajos, en un mercado callejero, sin etiquetado...

No todo es echar la culpa a tipos despiadados que solo miran por su cuenta bancaria, la indiferencia de todos, la despoblación rural, la inflación porque no decirlo, la escasez de relevo generacional en el agro ( falta  poner en valor entre los jóvenes la agricultura y la ganadería) y otros muchos factores que harán, si nada o nadie lo remedia, que en unos años, haya que rascarse el bolsillo en las ocasiones especiales para probar algunos manjares únicos que hasta ahora estaban al alcance de la mano de casi todos. Cuando el rodillo de la globalización nos haga comer exactamente lo mismo a un señor de Milwaukee, de Villalcazar de Sirga o de Singapur, sin llegar a alimentarse de pastillas,es lo más impersonal y similar a alimentarse de pienso compuesto que puedo imaginarme.

Me quedo con la mayoría, los muchos que lo hacen bien y que necesitan todo el respaldo y apoyo de consumidores e instituciones. Por esos se debe velar con las medidas necesarias para su protección y promoción.

mariocpaisajismo@gmail.com

https://mariopaisajista.blogspot.com

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