Cuantas veces hemos oído decir, esta fruta o aquella verdura no son como las de antes...
Desde antiguo el manejo de las plantas, su cultivo y mejora ha permitido que las sociedades se asienten, tengan suficiente alimento para crecer o poder permitir a algunos miembros dedicarse a otras actividades que nada tienen que ver con la obtención/producción de alimentos.
Esta mejora, esta búsqueda, constante de variedades más productivas de una forma más o menos consciente ha sido y sigue siendo uno de los objetivos de quienes se dedican a producir alimentos...
Llegando a tal punto, que algunas especies han sido tan modificadas que serían dificilmente reconocibles para personas que las consumían en el pasado..
Esta búsqueda fue poco a poco creando variedades locales, de forma inconsciente, adaptadas al entorno, a los gustos de los habitantes de esa zona...
Claro está que el objetivo económico también esta presente, no hace falta ni comentarlo, pues hasta donde yo sé, trabajar el campo no es cuestión de una organización sin animo de lucro, y esas personas también deben pagar facturas.
Con el crecimiento de la industria y la emigración a las grandes urbes, esas hortalizas, esas frutas, los huevos o la carne, todos esos productos debían ser producidos por menos gente para mantener una creciente población urbana con sueldo pero sin tiempo ni espacio para criar o cultivar su alimento.
Sin entrar en detalles los productores locales, empiezan a quedarse cortos en sus producciones sin la mano de obra que se ha ido a las ciudades..., no pueden conservar bien sus productos que llegan maduros y con poco plazo para consumirse. Hecho sumado a las nuevas variedades más productivas y precoces (valga para animales y plantas) por mejor y más sofisticados métodos de cultivo, productos fitosanitarios, abonos, mejores técnicas de conservación... que hacen que estas últimas vayan ganando terreno a las tradicionales.
Es precisamente en este punto cuando los obtentores de estas nuevas "super variedades" se centran en producir tomates (por poner un ejemplo) en cantidad de un aspecto llamativo, homogeneo, resistentes a la manipulación, controlándose su cultivo y conservación para que lleguen limpios, sin bichos, llamativos, sin imperfecciones, de un color idéntico a nuestros supermercados. Había que producir para todos y el mismo producto exactamente. No primaba el sabor, si no la cantidad y que pudiesen llegar hasta los barrios más humildes y que pudiesen tener una vida útil más larga. Siendo valorados por los consumidores. En algunos casos incluso relegando ellos mismos los productos de las huertas de sus abuelos por asociar pueblo con atraso, por tener formas o manchas poco agradables o algún bichito, por estropearse rápidamente ...
Todo ello hizo que muchas variedades, animales y vegetales insisto, fuesen sustituidas o en el menor de los males cruzadas con esas nuevas que tantos litros de leche, kg. de carne o kg. de fruto producían.
También en el camino quedaron plantas que se consideraban de pobres, de pueblerinos, "de cuando el hambre"... tales como las almortas Lathyrus sativus , o algunas plantas silvestres que se consumían de manera habitual enriqueciendo la dieta de muchas comunidades rurales.
El relegar lo de aquí frente a lo de fuera o lo moderno, no pasó solamente con lo meramente alimenticio en España, pero eso podría dar mucho de que hablar...(desde perros pastores o de caza, a simples pájaros como los canarios se vieron afectados por la globalización con un sentimiento de que lo de casa era peor...)
Con el paso del tiempo y un mejor poder adquisitivo de cierto sector de los consumidores, se busca de nuevo esos productos "exclusivos", esas variedades únicas (en algunos casos redescubiertas por algún chef o persona con cierta relevancia mediática) que quedaban relegadas en alguna recóndita región casi a punto de extinguirse. Se vuelve a poner en valor el producto local, el madurado en la rama y no en la cámara. Frases como de la huerta a la mesa, recién cogido para ti... se repiten con más o menos veracidad a diario...Tal vez porque no decirlo con ciertos visos elitistas...
Sea como fuere, pese a la preponderancia de la industria más intensiva, se vuelven a ver más especies y variedades diferenciadas y valoradas que se hacen un hueco cada vez mayor en el mercado.
Es cierto, esas variedades, pueden ser mucho más apetecibles, jugosas, ricas en determinados compuestos, más sabrosas, con pieles más suaves al paladar... en resumen todos conocemos la historia. Siempre eso si asociadas a un producto de gama más alta, con valor añadido y en general el consumidor percibe que debe pagarse más por el. Este mismo pensamiento puede generar también el surgimiento de falsos productos estrella o que ahora todo quiera venderse como único, exclusivo, ecológico y riquísimo...por expertos en vender las excelencias de sus productos sean buenos o no, sean auténticos o no, sean todos de la producción oficial o se vendan otros en el sello de calidad (Hay que ser objetivo y no pensar que todo es rosa, pero profesionales honrados hay muchos por suerte)
Leyendo en varios foros sobre estos temas hay quien desprecia esas variedades comerciales, como si fuesen la encarnación del mismísimo demonio, cuando sirvieron para que hoy en día se hayan cubierto gran parte de las necesidades de esta sociedad consumista y vuelvan a tener cabida esas otras variedades autóctonas que tanto alaban.
Cuantas veces hemos oído criticar que los cerdos se crían en x tiempo, que los huevos no saben igual, o que los tomates del pueblo son mejor que los de invernadero (en algunos casos de la misma variedad y criados también en invernadero en el pueblo).
No seré yo el que reniegue de las variedades tradicionales, es más soy un gran defensor de los productos locales que aporten riqueza y asienten población en el medio rural pero tal como esta estructurada nuestra sociedad, no podemos prescindir de esas otras variedades para las grandes masas.
Tampoco demonizaré las variedades más "industriales" que en muchos casos no llegan en sus mejores condiciones al consumidor, no porque estén mal cultivadas o sean de peor calidad si no por los procesos que se llevan a cabo para lograr su almacenamiento y alargar su vida en las estanterías de los comercios en muchos casos...¿como sería posible si no comer frutas fuera de temporada a precios asequibles?
Tomate de 1,5 kg. de peso |
Hay productos que se venden como producto "estándar" por no poder colocar en el canal de ventas todo el stock siendo de calidad (al igual que pueden vendernos producto normal y haber sido producido en ecológico) y viceversa.
Desde luego en ecológico y productos de variedades locales, producidos cerca de nuestro domicilio serían mi elección, pero en esto como en otras muchas cosas me quedo en un punto medio. Tampoco podemos dejarnos dominar por la "varietitis" y despreciar el resto, han tenido y tienen una gran función. Precisamente cuando algunas nuevas variedades "industriales" intentan imitar el aspecto y saber de las antiguas.
¿Vosotros que pensaís?
mariocpaisajismo@gmail.com
mariopaisajista.blogspot.com.es
Sin duda este es un tema para debatir durante horas. Quien nunca haya comido una manzana asturiana, de una variedad antigua, madurada en el propio árbol, nunca ha probado una manzana de verdad. Lo mismo con los plátanos o cualquier otra fruta. Sin embargo yo este año he plantado por primera vez tomates injertados y pude comprobar que son muy resistentes al mildiu -nada de fungicidas-, muy productivos y tienen un sabor realmente notable, dulces y consistentes. La conclusión es que somos nosotros los que debemos decidir y probar.
ResponderEliminarSaludos
Exacto Jose Antonio, no hay porque desdeñar cosas, todo tiene su aquel y todo puede ser util y beneficioso. Pero parece que entre cierto sector ahora esta de moda presumir de coleccionar variedades raras y menospreciar las variedades comerciales, como si fuese facil lograr conseguir una variedad y que sea aceptada y mantenida en el tiempo en el mercado...
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