Jardin de Catalina de Médicis, Chenonceau

Volvemos de jardines del  Loira, ya hablamos de este Château de Chenonceau, pero aún queda mucho por mostrar...

Si, volvemos al castillo de las damas. Ya hablamos del jardín de Diana de Poitiers, amante del Rey Enrique IV quien la cede su uso y disfrute. Su legitima esposa Catalina de Médicis reclama, al quedar viuda, el palacio y como no podía ser menos, construye otro jardín en el otro costado del Château  (oeste).

El espacio es de forma aproximadamente rectangular. Quedando delimitado en dos de sus costados por muros sobre el rió Cher, separandolo del castillo propiamente dicho, el resto del espacio está separado pero conectado con el resto del jardín, la zona de la arboleda de la antigua "granja"delimitada por celosías de hiedra y setos.

Comparando este espacio con el de Diana de Poitiers, es más pequeño, aproximadamente media hectárea y tal vez de  trazado más sencillo. Pero no cabe duda que un jardín lujoso digno de la más alta nobleza de la época.

El espacio se articula al rededor de un estanque central circular, de ahí surgen 4 parterres que cubren el espacio aproximadamente cuadrado
Y se añade un parterre más de forma rectangular en la franja de tierra colindante a la avenida principal del conjunto palaciego. Sumándose así 5 los parterres de los que consta el jardín.

 

Destacan las grandes bolas de boj recortado, que aportan el ritmo y repetición al espacio, dibujando ya de lejos los paseos. Los rosales trepadores adosados al muro de contención junto al río no estaban muy lucidos en mi visita, hasta el punto que creo que no realicé fotos.

Los parterres son de césped, en su interior hay lineas confeccionadas por lavandas.
Cada parterre contiene a modo de marco contiene una franja perimetral de planta de temporada y rosales de pie alto que ponen la nota de color al conjunto.

vistas del Château de Chenonceau desde el jardin de Catalina de Médicis

Más allá del jardín se encuentra un "bosque" con grandes árboles, que bien podría considerarse un minibotánico por la diversidad de especies y algunos ejemplares de gran porte, y que aportan un telón de fondo a modo de muro vegetal al espacio.

Detalle de las composiciones de temporada.

Como ya he comentado, aún quedan cosas que ver de este jardín, que intentaré mostraros en próximas publicaciones.
De momento, con lo expuesto ya merece una visita ¿no creéis?

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