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martes, 20 de agosto de 2024

misteriosa ¿enfermedad?

 

Como algunos sabéis llevo unos impartiendo unos cuantos cursos de jardinería, teoría y práctica, en este caso la segunda nos hizo demostrar por "las malas" la primera...

En mi trabajo como formador de jardinería y viveros, impartimos unas horas de teoría donde los alumnos adquieren los conocimientos adecuados para obtener un certificado de profesionalidad así como en la parte práctica se adquieren la destreza necesaria con maquinas y herramientas. De esta forma ambos aspectos profesionales quedan cubiertos.

En el caso que nos trae hoy aquí los protagonistas son los rosales...  Estos arbustos en según que zonas y emplazamientos son sensibles a diversas plagas y enfermedades. En nuestro caso en el parque donde realizamos las practicas contamos con unos cuantos centenares de rosales. Incluida una rosaleda de reciente creación.

Como es lógico, se hace una inspección del jardín periódicamente  para comprobar que todo esta correcto.  Tras una temporada de abundantes lluvias y  temperaturas suaves estaba claro que los rosales estaban siendo atacados por un hongo. La solución tratar con un fungicida cobre. Bastante eficaz en el tratamiento de enfermedades criptogamicas.


Tal vez la aplicación quedo demasiado rápido en  manos de algunos alumnos y una mochila de pulverización que debería haberse jubilado...

Tras el tratamiento los rosales no parecían mejorar y no solo eso si no que aparecieron unos extraños sintomas en las hojas manchas blanquecinas, defoliaciones  más o menos importantes...  siguiendo el razonamiento anterior... debía repetirse el tratamiento... pero no hizo efecto.

Nada

Tras el siguiente tratamiento los rosales no mejoraban en absoluto... optamos por no seguir tratando y ir pensando en otras opciones...

 

En ese momento de "no intervención", los rosales mejoraron, lo que achacamos a las condiciones estivales... las hojas viejas mantenían los síntomas pero las nuevas brotaban con un aspecto completamente normal y de las ramas sin hojas empezaban a aparecer brotes. Tras darle vueltas llegamos a la conclusión (ayudados por varios conocidos con mayor experiencia en estos casos)  que no habíamos curado a los rosales si no que los habíamos envenenado por cobre.

Nuevos brotes y hojas no afectados en absoluto

Una temporada antes en la teoría tratamos el tema de plagas y enfermedades en jardinería. Hablamos de plagas, enfermedades y fisiopatías.  Como por ejemplo la fitotoxicidad.

La fitotoxicidad es la capacidad de un producto fitosanitario para producir daños en las plantas. Bien porque "per se" la materia o materias activas que contenga el producto posean esa capacidad de daño o bien por un exceso de dosis, por sensibilidad de determinada planta a "x" producto, por aplicación en condiciones ambientales no adecuadas, en estados de la planta donde es más sensible, mezclas de materias activas, acumulación en los tejidos del vegetal...

Es muy fácil pasarse de dosis o directamente no calcular bien la dosis, que el viento arrastre el producto... con fatales consecuencias. (¡Lo habíamos visto en teoría semanas antes, y no caímos en la cuenta! ) Desde luego y en nuestra descarga conocemos el concepto, así como lo importante de mantener a rajatabla las instrucciones de uso de plaguicida y la correcta utilización de los equipos de aplicación.  Tal vez confiar en exceso la ejecución de la aplicación a personas formándose y un equipo que como digo debía estar "jubilado" sumado a sensibilidad de los rosales y la reiteración de aplicaciones...generaron la tormenta perfecta. 



Por suerte, en nuestro caso, al ser un daño por toxicidad las plantas no se "contagian" y  como otros "daños" de este tipo una vez las condiciones vuelven a ser normales, las plantas se recuperan paulatinamente hasta cobrar un aspecto totalmente normal.

Desde luego siempre hay que seguir al pie de la letra las indicaciones de la etiqueta del producto a aplicar y en caso de duda, consultar o hacer pruebas a dosis bajas para comprobar si el efecto del formulado es nocivo para la planta.


En este caso fue una manera dura de "refrescar" la teoría y ponernos sobre aviso al utilizar determinados productos.

¿os ha pasado?




mariocpaisajismo@gmail.com

mariopaisajista.blogspot.com


2 comentarios:

  1. A veces es peor el remedio que la enfermedad, dicen. Nunca he tratado los rosales con fungicida de cobre, aunque si evónimos y a veces frutales, pero es muy interesante lo que cuentas.
    Un saludo

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