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martes, 19 de septiembre de 2023

¿Un campamento militar o un jardín real?



Mucho antes de ser un jardín en este lugar acampo un un ejercito musulmán para reconquistar Madrid.

Situado a los pies del palacio de oriente, este parque de la capital de España tiene bastante historia a sus espaldas.

Como decía, se cuenta que, allá por el 1109, Alí Ben Yusuf  (un caudillo musulmán) y su ejercito acampó en las inmediaciones del alcázar que se situaba por encima de este lugar para rendirlo y recuperar el control de Madrid. No lo consiguió pero el topónimo campo del moro ha pervivido hasta nuestros días. 

No es hasta el siglo XVI que el rey español Felipe II adquiere los terrenos y se interesa por acondicionar la zona entre el palacio real y el río manzanares. Aunque su intención era la de ajardinar el lugar no se lleva a cabo.

Sucesivamente se utiliza como zona de caza para los soberanos como Felipe IV que ya ordena la plantación de arbolado.




Pocos años después en 1738 se comienza la construcción del actual palacio real tras el incendio del Alcazar .Es entonces cuando se plantea  la posibilidad de ajardinar este lugar pero la falta de agua y la excesiva pendiente hacen que no se concluyan.

El ajardinamiento se da por fin en el reinado de Isabel II.  Se solventa la pendiente creando una amplia avenida que mejora las perspectivas desde y hacia el palacio y aprovechando escombros de la ciudad se rellenan determinadas zonas para suavizar la pendiente.  Esta avenida principal se resalta con dos fuentes monumentales  traídas de Aranjuez y Boadilla del Monte para ennoblecer el espacio más aún.

Las obras por los diversos devenires socio políticos quedan paralizadas hasta final del siglo XIX.

Con la guerra civil española y los combates en Madrid, el parque se deterioró por lo que posteriormente ha debido ser restaurado.

Según un cartel informativo en el propio jardín la apertura al público se debe al famoso Juan Carlos I.





De las 20 ha aproximadamente que cuenta esta finca vallada, se ve claramente una mezcla de estilos desde el paseo central muy formal con parterres en retícula a zonas de marcado carácter romántico.

Destacan las plantaciones, con gran cantidad y diversidad de especies de arboles y arbustos, siendo varios los ejemplares catalogados como "singulares" por su edad  y tamaño.  

El espacio está cuidado. Me llamó la atención que algunos estanques no tuviesen agua (sorprendentemente apareció fugaz un Martín pescador)  y el uso de robots segadora para las praderas. Todas las avenidas y caminos tienen una placa con sus nombres dotando a cada espacio de una solemnidad inesperada.

 En general contrastan mucho pero sin desentonar los espacios formales con las zonas mas de estilo romántico con paseos curvos y aspecto más "natural".  Para completar la ornamentación se construyeron casas o pabellones de aspecto Tirolés, Así como una rosaleda. Desde luego un lugar ideal para que la familia real pudiese disfrutar del dicho jardín.

Tiene horario de apertura y cierre así que cuidado con quedarse dentro. Merece la pena un buen paseo, o reposar en alguna de las avenidas que nos hace olvidarnos del frenético ritmo de vida que hay a unos metros de distancia.

Parece ser que en tiempos el palacio estaba unido por un subterráneo que atravesaba este  parque y llegaba a la casa de campo. Quedando algunos tramos hoy en día aún en pie.

Si aún no os animáis a pasear por este lugar añado que el palacio real y los jardines de Sabatini están a tiro de piedra y son visitables.


mariocpaisajismo@gmail.com

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