Heladas invernales: Daños en fruticultura

Se acabó el invierno, ahora toca evaluar daños y bajas...


Las heladas invernales pueden producir daños de diversa consideración dependiendo de varios factores:

             -intensidad

            -duración

            -momento en el que se produzcan

            -dependiendo del estado nutricional del árbol

La resistencia de los árboles al frío  varía dependiendo de las especies y variedades. Normalmente en las especies caducifolias y en particular las de zona templado-fría son las más resistentes (manzano, peral, cerezo, ciruelo). Por el contrario las especies de hoja perenne y en particular las que poseen frutos durante el periodo de reposo son las más sensibles al frío como olivos o cítricos, así como obviamente los frutos tropicales.

Los distintos elementos del árbol pueden sufrir daños más o menos grandes como consecuencia de las heladas en función de su nivel de lignificación y de su resistencia intrínseca al frío. Los órganos más fácilmente dañados son:

* Daños en el sistema radicular: Es la parte del árbol con una mayor resistencia específica al frío. Si a escala radicular se producen temperaturas de entre -5 a -10 pueden producir la muerte por congelación de las raíces. Dado que el sistema radicular está en el suelo, este va a presentar una importante defensa  frente a las heladas. De tal manera que para que a nivel radicular se alcances -5,-10º C es necesario que a nivel de suelo haya –10 -15º C y deben ser persistentes 6 a 12 horas, por tanto las temperaturas ambientales serían mucho más bajas. Es poco frecuente que en las zonas frutícolas españolas los árboles sufran daño a nivel radicular. La protección el suelo depende de la profundidad, composición y compactación del suelo.

*   Daños  en la parte aérea: (más lignificada menos actividad)

1-      Yemas: Fundamentalmente  las de flor son también elementos del árbol con poca resistencia específica al frío. Temperaturas de -10, -15º C pueden producir la muerte de la yema en su conjunto, produciendo su caída. En algunos casos pueden afectar a una parte de la yema de flor, que suelen ser los primordios femeninos. Produce una castración de la flor. Las yemas alcanzan muy pronto su nivel máximo de resistencia especifica al frió (nivel de lignificación) por lo que no suelen producirse daños.

2-      Ramos y ramas jóvenes: son elementos bastante resistentes al frío y alcanzan muy pronto su nivel máximo de resistencia específica, por lo que es muy poco frecuente que se produzcan daños.

3-      Ramas gruesas y tronco: son los elementos que presentan los niveles máximos de resistencia al frío una vez alcanzan su nivel de lignificación (tardan mucho en ello). Pero estos niveles se alcanzan más tarde, con lo que el periodo de resistencia máxima es bastante corto. Pueden sufrir daños por heladas. Los daños sobre estos elementos pueden ser de distintos tipos:

                                            a) Heladas tempranas dañan la corteza, produciendo muerte de placas de corteza y tejidos subyacentes.

                                          b) Descensos térmicos intensos y rápidos pueden producir las grietas de frío, que consiste en la formación de una hendidura longitudinal en la corteza del tronco o ramas madres, quedando la corteza separada de la madera a ambos lados de la fisura. Este tipo de lesiones son de fácil infección y cicatrizan  muy lentamente y con dificultad.

                                             c) Cuando el frío es muy intenso y supera la resistencia máxima de estos elementos los daños suelen afectar a la médula de la madera, ocasionando bolsas necrosadas internas en la madera.

4-      Cuello del tronco del árbol: Es la parte más fácilmente afectada por las heladas invernales, debido a que es la zona del  árbol en la que más tarda en producirse la traslocación de sustancias de reserva. Más tarde entra en reposo y más tarde sufre el proceso de lignificación. También es la más dañada por que a nivel de suelo se suelen producir las temperaturas más bajas por fenómenos de  inversión térmica. Las heladas pueden afectar a la corteza, produciendo la muerte de placas aisladas o bien produciendo un anillado completo alrededor del tronco, muy grave ya que produciría la muerte del árbol. O también pueden producir fisuras longitudinales de la corteza y necrosamientos internos.

En España los daños o heladas invernales sobre los árboles son poco frecuentes. Los daños más graves se presentan en levante sobre cítricos, donde de vez en cuando una ola de frío ocasional hace descender las temperaturas  a -6 -8º C y dañan los árboles.

El olivo puede sufrir también daños por fríos invernales cuando se cultiva en zonas donde las heladas invernales bajan de -12 -14º C. Resultando afectada la madera del tronco, obligando a cortar el olivo por la zona de la peana (algunos cuando la temperatura baja de -4 o-5º C)

 *Prácticas que pueden paliar los daños producidos por el frío en invierno:

-Eliminar mediante la poda toda la madera muerta por las heladas
-Si se producen grietas de frío conviene cerrarlas lo mejor posible
- Cuando la lesión afecta a la madera hay que desinfectar la zona dañada, eliminar tejidos muertos y en algunos casos rellenar la oquedad con productos aislantes.
-Si se ha producido un anillado completo de la corteza o cuello del árbol, si queremos salvar el árbol hay que hacer un injerto puente (sobretodo si se trata de ejemplares valiosos)
-Cuando se observa que el árbol ha sufrido daños por heladas es conveniente realizar una fertilización nitrogenada abundante para que el árbol recupere el vigor perdido, estimulando su crecimiento y vigor.


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