Todo conocemos la majestuosidad y opulencia del jardín barroco de Versailles, encargado al gran Le Notre, un ejemplo de tipicidad de estilo Francés.
Pero en Versailles hay mucho más que setos recortados y parterres de broderie... ¿Me acompañas?
Allá por el 1774, Luis XVI, regala unos terrenos al sureste del palacio a su mujer, María Antonieta, lo que desde entonces se conoce como el dominio de Maria Anieta. La austriaca poseía en estos terrenos un coqueto palacete,el petit Trianon (propiedad previamente utilizada por las amantes de su suegro Luis XV) próximo a el, manda construir una aldea.
¿Porque una aldea?
El exceso de protocolo, y vida social de la corte, hace que la reina busque un lugar donde desconectar y vivir de manera más sencilla.
Parece ser que M. Antonieta había visto un cuadro que representaba un pueblito de cierta región de normandía y se le antoja construirlo a tamaño real para disfrutar de dicho entorno.
Sin mayor problema económico,se ponen manos a la obra...en 1783 se comienza a construir la aldea, con un lago artificial en el centro del conjunto donde poder pescar o pasear placidamente en una barca.
Allí se recrean prados, casas, huertos, lechería, cuadras para el ganado, se cultivan vides, hortalizas y frutas.
Un mundo donde solo unos pocos accedían con invitación de la soberana y donde jugaba con sus damas a ser una aldeana, en un pueblo a su medida, lejos de la cruda realidad del pueblo llano.
Casas de apariencia sencilla con tejados de paja (con interiores cuidados donde leer, reposar o jugar al billar...), palomares, un faro, un molino... todo en un entorno de aspecto romántico o paisajista, nada que ver con la simetría y rigidez del resto del jardín. Todo ello flanqueado por prados y bosquetes...
Esta explotación agrícola de 11 edificios solo tenía habitados 4, los destinados a los campesinos que cuidaban de animales y huertos.
Todas las construcciones tenían su propio huerto delimitado y se interconectaban por caminos y puentes entre sí, pergolas encaminadoras como soporte de trepadoras...
La granja en si, pese a su fin lúdico, llego a surtir de productos, en parte, al palacio.
Manzano podado en cordón |
Huerto de una de las viviendas |
Una de tantas excentricidades de unas clases dirigentes que acabaron pagando caro sus excesos... todos sabemos como acabo el reinado de María Antonieta.
Abierto al público desde hace relativamente pocos años, se puede pasear por este entorno artificial donde aún se pueden ver ovejas,cabras en los prados, gallinas y otras aves de granja, viñedos, y ricos huertos con todo tipo de frutas (uvas, peras, manzanas...) y hortalizas (lechugas, escarola, ruibarbo, zanahorias, tomates, pimientos, espinacas, alcachofas, cebollas....), el idílico escenario de un cuento...
Un lugar que pasa desapercibido de las hordas de turistas ávidos de fotografías, pero que no conocen o no dedican el tiempo que merece a esta zona del jardín.
Un mundo aparentemente austero, contrapunto a la opulencia del resto del regio jardín...que forma parte del Versailles menos conocido... un caprichito...
Espero que os haya gustado.
mariocpaisajismo@gmail.com
mariopaisajista.blogspot.com.es
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Pues sí que me ha gustado :). Qué pena, cuando yo fui no lo vi...debí de formar parte de esas hordas de turistas. Es muy bonito el pueblecito. Desde luego una excentricidad, pero en todas las épocas hay excentricidades...al menos esta es una de las bonitas :).
ResponderEliminarjeje todos creo que salvo unos pocos y determinados destinos, somos parte de la horda...
EliminarLa verdad que es como entrar en un cuento ...
El paraje es precioso, qué fotos tan bonitas. Mal gusto no tenía la reina, qué derrochona esta Maria Antonieta! Así acabó!
ResponderEliminarSi parece ser que tenia fama de derrochadora ente otras "cualidades"... eso si buen gusto tenía.
EliminarToda una excentricidad hacerse una aldea para relajarse ¡vaya con la reina! y todo un descubrimiento que nos haces, Mario, porque yo también soy de la horda de turistas :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Como decía antes Montse, creo que en mayor o menor medida, todos pertenecemos a las hordas de turistas, mal que nos pese... me refería que muchas veces los viajes organizados, o nosotros mismos planificamos en pocos días de viaje muchas cosas que ver y en ocasiones dejamos cosas vistas a medias o sin descubir... a mi me pasa en cada viaje...
EliminarEnhorabuena Mario por el artículo. Me ha gustado mucho el aderezo histórico de las imágenes.
ResponderEliminarMuchas Gracias José M. se bienvenido, aqui tienes tu "casa"
EliminarQué interesante conocer esta parte de la historia. Parece una anécdota, pero la verdad es que es reflejo que la diferencia de clases tan abismal que había entonces. Gracias por compartirlo. Saludos!
ResponderEliminarBienvenido al Blog Martí gracias a ti por leerme. Un saludo y espero verte más por el blog. Un saludo
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