Parque de Quevedo, León

Una fugaz visita a León me permitió volver a pasear por uno de sus parques más emblemáticos, el de Quevedo.

Este parque queda muy próximo al hoy parador nacional de San Marcos, donde allá por el 1639 estuvo encarcelado el genial escritor don Francisco de Quevedo.
El convento de S. Marcos conecta por la avenida de Quevedo que atraviesa el rio Bernesga llegando en pocos minutos al parque. (De esta avenida recibe el parque su nombre por extensión)

Este espacio ajardinado a orillas del Bernesga es un espacio cerrado que cuenta con un vallado de forja con 5 puertas de acceso.
Como en otros lugares, no siempre fue parque, si no que estas casi 5 hectáreas fueron previamente vivero del ministerio de obras públicas, espacio para producir diferentes especies vegetales.

Este espacio no es inaugurado propiamente como parque hasta 1980.
Con el paso del tiempo ha sido remozado y adecuado a los distintos usos en varias ocasiones.

El diseño del parque de estilo bastante informal se plantea desde la entrada principal en la avenida Quevedo, desde la entrada y bajando unas escaleras se tiene una visión de una plaza con una fuente elevada, espacio concebido a modo de "distribuidor".
Desde esta zona surgen caminos con un trazado de "círculos entrecruzados" patrón repetido en otros espacios de la capital Leonesa. De cada entrada parten senderos sinuosos que van confluyendo en estos dos paseos circulares antes mencionados.

En el parque como en cualquier espacio encontramos diversos espacios y construcciones. Zonas de juegos, templetes,pajareras, un lago con diversas especies de aves. Aves por cierto que campan en muchos casos por el parque, no es raro toparse con gallinas o pavos reales sorprendiendo al paseante desde las alturas encaramado en algún árbol o paseando majestuosos en las praderas.

Ya tenía fotos de este parque, la verdad el recuerdo y las imágenes no eran exactamente las que muestro, el jardín muestra ahora un mejor aspecto, fruto de las últimas actuaciones acometidas (pintura, un acceso para sillas de ruedas en la entrada principal...). En la actualidad da la sensación de un espacio público en uso pero no descuidado.

En cuanto a especies muchas y variadas, en mi paseo destacaban las floraciones de los abundantes magnolios que aquí y allá aparecían como motas blancas en el oscuro follaje.

Os muestro un cartel que hay instalado en la entrada principal donde podéis haceros una idea del diseño y de la cantidad y variedad de especies vegetales que lo conforman.
En general dominan las especies arbóreas, primando más el follaje que la flor, no digo que no haya floraciones si no que no son lo primordial de su diseño.

Como curiosidad dentro del parque se encuentra un edificio de la asociación de vecinos del barrio, un pino plantado en honor al naturalista Félix Rodriguez de la Fuente y como no un busto de Francisco de Quevedo (en esta ocasión limpio de pintadas)

El parque ofrece muchos lugares donde sentarse a la sombra, tanto a grupos amplios como para disfrutar de un rato de meditación en soledad.

Es un espacio que merece un paseo así como otros de los parques de esta ciudad. Un lugar querido por todos los Leoneses, sin duda uno de los primeros en mencionarse a cualquier turista que pregunte por zonas ajardinadas.
Lugar donde hacer un alto tras visitar alguno de los muchos monumentos, donde reposar tras disfrutar de su rica y variada gastronomía, hacer tiempo para ir a tomarse unas tapas, o para que los peregrinos recuperen fuerzas antes de proseguir rumbo a Santiago de Compostela.

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