El Belvedere Vienes

Este martes vamos a visitar unos jardines en Viena...

Se trata de los jardines del Belvedere (podríamos traducir algo así como " bello de ver...")  y ya la rejería de la entrada nos va indicando que entramos en un lugar con un pasado, pasado lujoso.

En 1700 el Príncipe Eugenio de Saboya mandó construir este jardín barroco, que hoy se encuentra entre los más conocidos de Europa.
Es un jardín de claro estilo barroco, enclavados en la ladera de una colina, por tanto escalonados en tres espacios. Entre ellos, los palacios alto y bajo (antiguas residencias reales) actualmente retransformados en museos de arte, albergando obras tan conocidas como el famoso "beso" de Klimt. Un lugar querido por los Vieneses, no solo por su belleza como isla de verdor de la urbe, también fue donde se proclamo la independencia del país tras la segunda guerra mundial.

A un flanco del jardín encontramos otro jardín, el botánico fundado  en 1754 y el jardín alpino más antiguo del mundo (en mi visita estaba cerrado asi que no pude fotografiarlo más que desde la puerta) con miles de especies de distintos continentes distribuidas en 10 ha dedicadas al conocimiento botánico.

En las distintas terrazas de los jardines, se representan el olimpo en la zona alta, el parnaso en la zona media y en la zona inferior los cuatro elementos.
El alto Belvedere se enmarca en un bello estanque a modo de espejo de agua (puedes verlo en la primera fotografía). 

Interconectando las distintas zonas aparecen grandes fuentes con composiciones escultóricas que funcionan en una sucesión en sentido descendente.

La pendiente para el visitante, se salva con rampas laterales dejando todo el espacio central dedicado al conjunto vegetal.

Donde los setos podados en perfecta repetición, los lazos de planta de temporada y bojes (algo raquíticos en el momento de la visita) las gravillas de colores, las fuentes y esculturas nos hacen imaginar la vida cortesana que acontecía en este lugar.

Un ultimo apunte, como todo buen jardín de la época contaba con un lugar donde resguardar los cítricos y especies que no resisten el frío durante el invierno, una Orangerie, actualmente utilizada también como museo de arte.

Como podéis ver reflejadas en las fotos los jardines lucían algo desangelados por la época de dicha visita (noviembre) pues en muchas zonas faltaba la planta de temporada, que una vez agostadas se eliminan dejando el terreno a la espera de las plantaciones de primavera (en algunos lugares cubierto con ramas de abetos), también se veía que en dicho momento se estaban repasando las topiarias, viendo setos podados y setos por podar... aún así el jardín es digno de visitar. Es más esta considerado patrimonio de la humanidad (y estos jardines además gratuitos).

Asi que, si tenéis como punto de mira vacacional la capital Austriaca, no os olvideís de una visita por el lugar...

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